miércoles, 14 de septiembre de 2011

El estado democrático aún en deuda con sus presos políticos




A más de 21 años del retorno a la democracia, decenas de compatriotas, inculpados de crímenes con confesiones obtenidas bajo tortura, cumplen una condena de destierro que les prohíbe retornar a Chile.

Los más de 800 presos políticos de la dictadura, acusados de terrorismo “por resistir a la dictadura militar de Augusto Pinochet”, según consigna Hugo Marchant, ex integrante del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) e imputado por el atentado al intendente de Santiago, Carol Urzúa en 1983, fueron empujados a la encrucijada de vivir encarcelados por décadas o dejar el país mientras se cumplía su condena.

La pena de extrañamiento, instaurada en 1991 por el entonces Presidente Patricio Aylwin, fue una oferta que se hizo a todos los presos políticos juzgados por cortes militares en conmutación por la cadena perpetua: Marchant y 28 prisioneros pertenecientes al Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), al Mapu Lautaro (o al Movimiento Juvenil Lautaro -MJL) y al Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR), imputados por su presunta participación en actos en que murieron agentes de la dictadura, partieron a diversos países de Europa por periodos que dependían de los cargos en su contra. Marchant, por ejemplo, fue condenado a 25 años de exilio, aún le restan otros seis.

A 19 años de esta “fórmula” del Estado chileno, Silvia Aedo, esposa de Marchant, junto a los abogados de derechos humanos Alberto Espinoza y Alejandra Arriaza, además de familiares, amigos y compañeros de las nueve personas que aún permanecen desterradas, conforman el Comité Fin al Destierro, que tiene por objeto presionar a diversos actores de la política nacional para levantar un proyecto de ley que permita el regreso de todos lo extrañados y la eliminación de las órdenes de aprehensión en su contra, emanadas desde la justicia militar. Mandatos que, como afirman los abogados, “ya no tienen ninguna justificación habiendo terminado la dictadura”.

Ya en 2009, los mismos abogados solicitaron a la ex Presidenta Michelle Bachelet que revisara la situación de tres de estas personas, a quienes se les está vulnerando el derecho a habitar en su propio país. En su momento, la Mandataria dijo que se resolvería caso a caso. Al año 2011, aún no han recibido respuesta, afirman los litigantes, integrantes del Comité que hoy, 13 de septiembre, ofreció una conferencia de prensa en el Colegio de Periodistas, a la que sólo asistieron dos medios de comunicación. No estuvo ninguno de los masivos.

CIUDADANOS DE 5ª CATEGORÍA

“Ya es hora de que todos los desterrados vuelvan al país”. Así abrió Silvia Aedo su intervención al medio día de hoy, y cuestionó que el Gobierno albergue a violadores de derechos humanos –aludiendo a la visa de ocho meses entregada al argentino Otilio Romano, juez acusado de crímenes de lesa humanidad durante la dictadura de Jorge Videla en el país vecino- mientras que los que “lucharon por la libertad del país son considerados ciudadanos de quinta categoría”.

Alberto Espinoza, quien además ha defendido a comuneros Mapuche y a implicados en el caso bombas –a quienes se les ha aplicado la Ley Antiterrorista-, además de contar con una lata trayectoria en defensa de prisioneros políticos durante la dictadura, declaró que el estándar con que se mide el terrorismo –calificación de los crímenes imputados a los extrañados- en Chile es subjetivo: El argumento es que el delito se cometió “con la finalidad de producir en la población, o una parte de ella, el temor justificado de ser víctimas de delitos de la misma especie”.

Por su parte, Alejandra Arriaza, puntualizó que la propia Declaración de Derechos Humanos contempla el derecho a rebelión cuando es el Estado el que está incurriendo en la vulneración de garantías a la población. En otras palabras, todos los que resistieron a la dictadura lo hicieron por la defensa de su propio derecho a la libertad coartado por el poder de un Estado impuesto de manera ilegítima.

La última vez que se barajó la idea de indultar a condenados políticos fue en 2010, cuando el Presidente Sebastián Piñera, ante la solicitud del cardenal Francisco Javier Errázuriz de un “Indulto Bicentenario”, accedió a revisar casos particulares por razones humanitarias, pero excluyó del beneficio a los acusados de terrorismo, lesa humanidad, narcotráfico, homicidios y abusos contra menores. Los condenados al extrañamiento, quedaron dentro de la primera categoría mencionada, a juicio de este Gobierno.

Pero los desterrados, en diversas ocasiones, también han manifestado que no están dispuestos a “ser moneda de cambio para exculpar a los violadores de los derechos humanos”, dado que consideran que algo así viola la ética de aquello por lo que han luchado toda su vida.

Ante este panorama y a la casi nula respuesta que han recibido por parte de la clase política, incluso de aquellos que en su tiempo también lucharon contra el régimen dictatorial -como todos los presidentes de la Concertación-, el Comité por el Fin al Destierro hizo un llamado a “todas las agrupaciones de Derechos Humanos a tomar cartas en el asunto” y emplazaron a la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara de Diputados a legislar para que todos los condenados por la justicia militar con pruebas obtenidas bajo tortura, recurso que en cualquier corte del mundo serían inadmisibles, puedan ejercer su derecho a vivir en la patria.

Por Paula Figari Rojas

El Ciudadano

Reportaje de la periodista Claudia Molina en Radio Nuevo Mundo

En noviembre de 2009, en el marco de las campañas que los candidatos presidenciales realizaban con miras a las elecciones que se realizarían en diciembre de ese año, la periodista Claudia Molina aborda el tema de la pena de extrañamiento que afectaba, afecta, impedía y sigue impidiendo a compatriotas el ingreso a Chile, su patria. 
El reportaje radial se presentó en el programa "Entre amigos" de  Radio Nuevo Mundo.

lunes, 5 de septiembre de 2011

Fin al destierro ¡Ahora!


El próximo noviembre se cumplen 19 años de condena de Extrañamiento por “el delito” de haber luchado contra la Dictadura Militar. Esta consigna de Fin Al Destierro Ahora, poco a poco se empieza desplegar en el escenario político del Chile actual, a través de la Organización Social que componen ex compañeros presos políticos, activistas de derechos humanos, amigos, y compañeros de ruta.

Para muchos, en especial las jóvenes generaciones, les debe resultar difícil entender esto de: Condena de ¿Extrañamiento! ¿Destierro!, sobre todo que desde hace más de 21 años – desde que terminó la Dictadura Militar-, se ha estado hablando que vivimos en Democracia. Sin embargo, han sido las jóvenes generaciones, retratadas en el movimiento estudiantil los que han irrumpido en la escena política con su justa lucha de fin al lucro en la educación, y reclaman un sistema educacional que haga de la educación un derecho y no una mercancía, de la cual profitan el sector financiero y los bancos nacionales y trasnacionales.

Este sistema neoliberal, contra el cual la lucha social y política desde distintos sectores sociales se ha hecho sentir por medio de sus luchas en estos más de 21 años de “Democracia”, fue construido durante los 17 años de Dictadura Militar. Varias generaciones de jóvenes en aquellos años luchamos y combatimos con todas las formas de lucha contra la bestialidad de un régimen que quería imponer un Estado de Dominación funcional a las necesidades del neoliberalismo que en aquella época estaba emergiendo. Finalmente, impusieron el Estado De Dominación y su Democracia.

A lo largo de 17 años de lucha, dejaron un doloroso testimonio que resume cada una de las organizaciones del campo de los derechos humanos, como son las agrupaciones de Familiares de Detenidos Desaparecidos, Ejecutados políticos, y Presos Políticos. Los espacios y museos de la memoria como Villa Grimaldi, Londres 38, José Domingo Cañas, entre otros, son un testimonio vivo de cual fue el carácter de esos combates.

De los casi 800 presos políticos que había en las cárceles de Chile al término de la Dictadura, ninguno obtuvo su libertad, a nadie se le reconoció como un derecho legitimo haber luchado y combatido contra la Dictadura, para la Democracia que llegaba, ellos salieron como “delincuentes”, cada uno con un prontuario a cuestas. Para el Pueblo, sus familiares y amigos, ellos eran sus héroes, un ejemplo de consecuencia revolucionaria. Para más de una treintena de compañeros, continuamos la prisión, pero conmutada por condenas de Extrañamiento o el Destierro a miles de kilómetros de nuestro país.

Para el Movimiento Social, en lucha por más de tres meses, se ve enfrentado a disyuntivas y dilemas que no son muy distintos a los cuales nuestras generaciones se vieron enfrentadas, por un lado surgen la negociación a cambio de migajas, y por el otro lado es solo la alternativa de la lucha hasta que cada sector social ponga en el escenario político su reivindicación, no tan solo como consigna sino en una actitud de exigencia, como lo hace el movimiento estudiantil. Hasta que las demandas del Pueblo sean un solo grito de lucha.

Quienes seguimos pagando esta injusta condena de Extrañamiento, las actuales jornadas de pelea, nos dan fuerzas y sentimos como nuestro deber hacer de esta condena injusta una exigencia que debe transformarse en lucha junto a nuestro Pueblo.

A todas organizaciones sociales y políticas las llamamos a solidarizar y a que juntos pongamos ¡Fin al Destierro Ahora!, exigiendo al Estado que se ponga fin a esta injusta condena ¡¡¡Ahora!!!

Por Hugo Marchant
Desterrado por el Gobierno de Aylwin en Finlandia

sábado, 3 de septiembre de 2011

A mis compañeros

(Carta de Hugo Marchant)


Compañeros de ruta!

Quisiera hacerme presente con este saludo, ya que la condena que pesa sobre mí como otros compañeros, nos impide estar junto a ustedes en tan importante gesto, que mas que un símbolo es también un llamado a la lucha, porque todos nuestros compañeros caídos durante la lucha antidictatorial y hasta ahora han quedado en la Impunidad, y es nuestro deber moral y de respeto a nuestro compañeros mantener en alto las banderas de lucha del campo de los DDHH.

Hoy día vivimos una situación política distinta, el protagonismo del movimiento estudiantil con su lucha ha puesto al desnudo la injusticia y el carácter aberrante del actual sistema capitalista, justamente esas mismas causas que han motivado y han empujado a los estudiantes lanzarse a la lucha por sus derechos legítimos. Ayer las balas de los asesinos dieron muerte a Jecar, por que no tenían verdades para acallar ni apagar la llama de su lucha en la cual estaba comprometido llevar hasta el fin.

Compañero Jecar tú vives en medio de los gritos de rebeldía y lucha de esas decenas de miles de jóvenes.Solamente la lucha del Pueblo podrá hacer justicia real. Y hoy día levantamos cada una de las reivindicaciones en el escenario político, hasta que sea que sea todo el Pueblo, un solo grito de lucha.



Compañero Jekar presente!
Ni perdón ni olvido!
No a la Impunidad!
Fin Al Destierro Ahora¡
La lucha Continúa¡



Hugo Marchant
(Finalandia, Septiembre 2011)